Javillac
Con 2023 llegando a su ocaso y el nuevo año en el horizonte podemos ir adelantando algunos de los eventos del motor que marcarán el calendario de 2024 y anticipar también algunos acontecimientos que serán noticia.
Es el caso de la próxima edición de Amelia Island, que tendrá lugar entre el 29 de febrero y el 3 de marzo, celebrado en la costa este de Estados Unidos. Uno de los eventos que siempre ocupa gran parte de la atención de los medios es la esperada subasta, que año tendrá lugar los días uno y dos de marzo.
Ya se han anunciado algunos de los lotes por los que pujarán los asistentes a Amelia Island el año que viene, y entre todas las piezas llama la atención un Pegaso Z-102, el deportivo español que más interés despierta entre coleccionistas a nivel internacional.
EL PEGASO EN CUESTIÓN
De este deportivo nacido a principios de los años 50 gracias al ingenio de Wilfred Ricart se fabricaron 83 unidades. De este coche avanzado a su tiempo y fabricado en un momento en el que España estaba recuperándose a nivel industrial y económico de los estragos de la Guerra Civil se puede escribir muchísimo, pues su historia es tan extensa como apasionante.
En su lugar hablaremos del Pegaso que se subastará en marzo de 2024; un Z-102 Berlinetta Saoutchik Serie II de 1954 y matriculado originalmente en Madrid. Con el número de matrícula M-138.233 y el bastidor 0102-150 0148 se cree que esta unidad fue la primera que Saoutchik carrozó en su segunda serie, y uno de los dos coches que fueron expuestos en el Salón del Automóvil de París de 1954.
Las formas redondeadas y los pasos de rueda muy marcados son algunas de las claves de diseño que hacen característicos a los Z-102 carrozados por los talleres de Jacques Saoutchik. Este carrocero francés se encargó de vestir con gran maestría los bastidores de 18 de estos coches.
De la segunda serie de los Berlinetta Saoutchik solo se produjeron siete unidades, de las cuales seis tenían el volante a la izquierda, como es el caso del coche protagonista, que es uno de los cinco que sobreviven a día de hoy con estas especificaciones.
LA VIDA DEL PEGASO M-138.233
Tras su glamurosa presentación en París en 1954, el coche tendría que esperar hasta febrero de 1956 para encontrar un propietario, Julián Sánchez Araguena de Madrid, con el que recibió la matrícula de la capital con la que el Pegaso se ha identificado durante todos estos años.
Durante su vida en España se conocen otros dos propietarios, hasta llegar a Garland W. Burke, un piloto de la Fuerza Aérea Americana destinado en Madrid, quien llevó el Z-102 a Estados Unidos. En 1989 volvería a cambiar de manos con Arthur L. Foley, que lo restauró por primera vez en 1989, aunque más recientemente, en 2013, el coche fue sometido a una nueva restauración digna de concurso.
Desde entonces el Pegaso madrileño no ha cesado de captar la atención en América ante un público internacional, participando en diversos eventos del motor incluyendo otras ediciones de Amelia Island o Pebble Beach, ganando en esta última el premio al coche de calle más elegante en 2023.
ESTIMACIONES PARA EL PEGASO
El Z-102 con bastidor 0148 es una unidad muy especial no solo por su carrocería Saoutchik, sino por su nivel de originalidad, contando con la mayoría de los componentes originales del coche, incluyendo el motor con el que salió de la factoría.
Las estimaciones de la casa de subastas Broad Arrow Auctions están entre los 750.000 y 900.000 dólares, aunque hace diez años se vendió por 585.000 euros y en 2016 llegó a los 880.000.
Las cifras a veces sorprenden, pues estos coches pueden situarse – según la unidad – en un umbral de precios cercano al millón de dólares, o quizá la puja final sea un tanto fría y denote tendencias cambiantes en el mercado de los coches clásicos. Habrá que esperar hasta marzo para tener la respuesta definitiva. 
Fotografías: Broad Arrow Auctions
