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Un V12 para triunfar, a la venta uno de los pocos Ferrari 250 Testa Rossa

Además de haber logrado ser uno de los modelos más icónicos en la historia de la Scuderia Ferrari, el 250 Testa Rossa fue una de las mayores aportaciones de Vittorio Jano a la casa de Maranello.

Aludir al Ferrari 250 Testa Rossa suele marcar la diferencia entre dos tipos de afición a la casa de Maranello. Y es que, mientras una parte asocia el término al modelo de 1984, otra lo hará con acierto al Mundial de Marcas y los años cincuenta. Una época, una competición, en la cual Ferrari dominaba en carreras como la Mille Miglia mientras aún se le resistía copar la primera posición en Le Mans.

De hecho, hasta la llegada del 250 Testa Rossa Ferrari sólo había ganado dos veces en la cita gala mientras que Jaguar firmaba cuatro victorias siendo tres de ellas consecutivas. Asimismo, el anuncio de un nuevo reglamento para la temporada de 1958 ponía las cosas más difíciles al fabricante italiano pues, no en vano, le forzaba a desarrollar un nuevo motor ajustado a la cilindrada de los tres litros.

Pero vayamos por partes. En primer lugar, por encima de los modelos con cuatro cilindros -pensados únicamente para pilotos privados relacionados con la clase 2 Litros- la Scuderia Ferrari confiaba en monturas como el 290 MM a fin de batir a los Maserati 300S y sus chasis con estructura enrejada. Todo ello viendo la pista despejada tras el abandono de Mercedes a raíz del trágico accidente producido en Le Mans 1955.

Además, el cierre de la escudería Lancia durante aquel mismo año no sólo provocó la compra de los monoplazas D50 utilizados por Ferrari para ganar la temporada de 1956, sino también el fichaje de Vittorio Jano. Dotado de una enorme experiencia, este ingeniero dejó a un lado los bloques con cuatro cilindros y baja cilindrada en los que había trabajado Aurelio Lampredi convencido de apostarlo todo por los V12.

TESTA ROSSA, EL NACIMIENTO DEL MÍTICO APELATIVO

En 1956 Ferrari presentó al que sería su último modelo con cuatro cilindros: el 500 Testa Rossa. Enfocado a pilotos privados inscritos en la clase 2 Litros -el equipo oficial jamás lo utilizaría en competición-, éste cosechó una gran cantidad de éxitos aun habiéndose ensamblado tan sólo unas 20 unidades.

Vestido con diversas carrocerías, en referencia a este vehículo se utilizó por primera vez el término Testa Rossa al ir así pintadas sus culatas. Un apelativo que, en contra de lo que se pudiera suponer en base al color nacional de los deportivos italianos, ponía más el acento en la mecánica que en el aspecto exterior.

No obstante, mientras esto ocurría en los segmentos inferiores las cilindradas al alza en el Mundial de Marcas provocaron una nueva regulación de cara a 1958. Año en el que, asustada ante el constante crecimiento de los motores, la FIA estableció un límite de tres litros para los modelos de resistencia.

Y sí, aquello fue un problema. Un problema grave pues, al fin y al cabo, Vittorio Jano había invertido grandes esfuerzos en ultimar un nuevo V12 con 3.5 litros y en torno a 330 CV. De hecho éste llegó a implantarse en los 315S de 1957 llegando a rendir hasta 360 CV. Es más, durante aquel mismo año -y en respuesta a los Maserati de 4.5 litros- Ferrari presentó su 335S con 4 litros y 390 CV. En fin, un fiel reflejo de la situación responsable de preocupar tanto a la FIA.

1957, APARECE EL 250 TESTA ROSSA

Ajustándose a un tiempo récord al nuevo reglamento, Ferrari tuvo preparado incluso antes de acabar la temporada de 1957 al 250 Testa Rossa. Basado en el motor de los 250 GT -sobradamente probado en las pistas, aunque ampliamente modificado aquí-, éste utilizó las líneas maestras ya planteadas por Scaglietti en modelos anteriores utilizando una distancia entre ejes de 235 centímetros para un peso total de tan sólo unos 800 kilos.

Todo ello para una punta de 270 kilómetros por hora alimentándose a través de seis carburadores Weber de doble cuerpo. En suma, un diseño ganador capaz de hacerse con el Mundial de Marcas en 1958 al tiempo que sus diversas evoluciones también fueron claves para ganarlo en 1960 y 1961. Además, como colofón a un palmarés excepcional el 330 TRI/LM -ya con casi cuatro litros de cilindrada- se hacía con Le Mans 1962.

En fin, una historia básica para la afición a Ferrari, la cual seguramente estará expectante ante las cifras a marcar por el chasis 0738 TR. Uno de los diecinueve carrozados por Scaglietti y que tras una restauración completa a cargo de Ferrari Classiche se encuentra a la venta en Sotheby’s Sealed. Por cierto, ésta es una de las escasas unidades aún con números de motor y caja de cambios originales. Toda una pieza de museo.

Imágenes: Sotheby’s Sealed

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Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

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