Vídeo: KukFilms / Entrevista y texto: Javier Romagosa
BMW lo pasó mal después de la II Guerra Mundial. Los aliados le prohibieron reanudar la producción de automóviles hasta 1952, momento en que intentó seguir la estela de Mercedes con los señoriales modelos 501 y 502. Estas berlinas equipadas con motores V8 estaban lejos de la tradición de la marca bávara, fundamentada como sabéis en los motores de avión, las motos, los turismos de pequeño y medio tamaño y los maravillosos deportivos 327 y 328.
Es decir, que BMW trató de volver a la carga con una producción que poco tenía que ver con lo que había hecho antes, al menos en lo que a automóviles se refiere. En 1956 intentaron reengancharse a un mercado que conocían bien, el de los grandes coupés y roadster, si bien a una escala mayor y en unos tiempos cuando todavía no existía demanda para absorber automóviles de tal calibre. Para más inri, Mercedes siempre iba por delante.
Fue entonces cuando BMW hizo realidad los modelos 503 y, sobre todo, 507, cuya estética y valía han quedado inevitablemente ligadas a la historia del automovilismo pero que constituyeron un rotundo fracaso comercial. La próxima parada en el camino de la marca bávara, orillando la bancarrota, fueron los Isetta de licencia ISO y, en 1959, el BMW 700, el salvador de la compañía (menos mal!).
Así pues, la BMW de posguerra fue de lo más grande a lo más pequeño, del masivo 502 al pequeño 700, en busca del éxito comercial. Por fortuna lo logró, aunque de una manera que pocos hubieran imaginado y sin duda alejada de la grandeza de una marca que a finales de los años 30 había asombrado al mundo…
La nueva clase o, poco a poco, la BMW que todos conocemos
Así las cosas, ¿por qué no buscar un término medio, una nueva clase?
Al fin y al cabo en el punto medio está la virtud. Del exitoso motor bicilíndrico de moto del BMW 700 se pasó al 1.500 y, posteriormente, al 2.000, ambos de cuatro cilindros y que dieron nombre a una familia de modelos de mayor tamaño. Era precisamente lo que Europa necesitaba a principios de años 60, la marca bávara por fin había cogido el pulso al mercado. Ahora tan sólo le faltaba recobrar el halo del prestigio pasado…
Y es aquí dónde entra nuestro invitado de hoy, un 2000 CS, que es ni más ni menos que el primero de los turismos de renombre -especialmente de los coupés- por los que BMW destaca hoy en día. La fórmula sigue siendo acertada: Un automóvil premium de líneas acertadas y calidad alemana, con motores avanzados y a la altura de las circunstancias pero no necesariamente para una élite. En un principio lo esencial fue la comodidad, aunque poco a poco la deportividad se ha ido tornándo más importante hasta al punto de dar lugar al conocido eslogan publicitario: ¿Te gusta conducir?
Como suele decirse, el resto de la historia es de sobra conocida: Esencialmente, y aunque nos dejemos los detalles en el tintero, de los motores de 2 litros y 4 cilindros se pasó a los de 3 y 6 cilindros de los modelos 3.0, al temible Batmobile, al nacimiento de la serie 3 y la serie 6, a los americanizados modelos de los noventa y a los exitosos aunque en ocasiones feos de los años 2000 y, finalmente, a la explosión del catálogo de la marca a partir de 2010.
Sin más dilación, os dejamos CON EL VÍDEO DE CABECERA, con Toni Ruiz Casanova y su precioso BMW 2000 CS. (No perdáis de vista el del M3 E30, que lo estamos cocinando a fuego lento para vosotros, muy pronto estará listo! ;)!.
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