La competición es la historia de cómo ciertos testarudos consiguen romper barreras, ir más allá, lograr metas que antes parecían imposibles. Uno de esos testarudos fue John Cooper. Su competición no sólo se basó en llegar el primero. No. Su competición se basó en llegar más lejos que nadie con el potencial, entre otros, de un pequeño coche. Un pequeño coche urbano, tan pequeño y simpático, que nadie lo hubiera imaginado ganando el serpenteante Rally de Montecarlo.
John Newton Cooper siempre quiso ir más rápido que los demás; quizá por ello sirvió en la Royal Aire Force durante la IIª G.M. Sin embargo, y para fortuna de los amantes de moverse sobre cuatro ruedas, Cooper fundó junto a su padre una pequeña empresa de autos deportivos a finales de los ’40. Desde entonces las palabras “Cooper” y “deportividad” están unidas en el imaginario del motor británico. Desde su taller en la pequeña ciudad inglesa de Farnborough, esta familia de apasionados del motor unió su apellido al de Indianapolis o Montecarlo.
“JOHN, ESTO NO FUNCIONARÁ NUNCA”
En el vídeo que Mini nos presenta -con un precioso gusto añejo- vemos a un Cooper recibiendo las dudas de todos: sus colaboradores en el taller, los escépticos periodistas, un público mirando a su coche con condescendencia o incluso desprecio… Sin embargo, a estas alturas de la carrera, sabemos que es precisamente ahí donde se forja el carácter del que decide dar un paso más que los demás. Aunque sea hacia un abismo…
Contra todo pronóstico, la preparación que Cooper realizó del mítico Mini se alzó con la victoria en los Rallyes de Montecarlo de 1964, 1965, 1967 y… para muchos también en el de 1966, donde le fue retirada la victoria debido a una polémica descalificación a causa de sus faros.
Un sencillo y genial utilitario se descubría como una auténtica bala, con un comportamiento ágil y nervioso; capaz de colarse a través del interior de una curva de herradura para realizar un adelantamiento casi imposible a rivales mucho más pesados. Salvando las distancias, a nosotros nos recuerda mucho a aquella máxima del boxeador Muhammad Ali: “vuela como una mariposa, golpea como una abeja”.
JOHN COOPER WORKS, LA TERCERA GENERACIÓN SIGUE ACELERANDO
Aquellos años épicos en Montecarlo terminaron por asentar uno de los binomios más excitantes en el mundo de los deportivos británicos: Mini y Cooper, Cooper y Mini. Y a juzgar por el vibrante rugido del nuevo Mini John Cooper Works, la feliz unión sigue dándonos excitantes novedades gracias a modelos como éste: desarrollados mano a mano por la solvencia de una MINI amparada en el potencial industrial de BMW, y la pasión deportiva de una John Cooper Works, fundada por el hijo de éste en el año 2000 y que, aún absorbida por BMW, sigue conservado su sede en la ciudad de Farnborough.
Recuperando la esencia de aquellos años de victorias contra toda esperanza, Mini nos presenta su nueva criatura en este vídeo rebosante de competición. Y es que, recuerda: para muchos, escuchar “esto no funcionará nunca”, es el mejor revulsivo para hacerlo posible.