Mikel Erauzkin
Cuando un gran evento se repite con cierta frecuencia se suele convertir en un gran clásico. Y en ese proceso se encuentra la Concentración de Clásicos de Sobarzo, cuya séptima edición fue celebrada en Cantabria hace una semana.
El pasado 28 de junio tuvo lugar en la pequeña localidad de Sobarzo la VII Concentración de Coches Clásicos, que reunió a más de 260 vehículos de Cantabria y de las zonas limítrofes de Asturias, País Vasco y norte de Castilla-León.
Por encima de las expectativas
La mañana empezó animada desde muy pronto, con la colocación de una enorme carpa que cubría un variado mercadillo de recambios, miniaturas y diverso merchandising relacionado con el mundo del automóvil. Asimismo, se celebró el concurso de ollas ferroviarias.
No tardaron en llegar los primeros vehículos, que fueron aparcándose en una campa preparada a tal efecto.
Entre todos los clásicos inscritos podemos destacar fabricantes como Studebaker, Panhard, Mercedes, Renault, SEAT… En poco tiempo la llegada de los diferentes participantes llenó el espacio reservado y se tuvo que habilitar otra campa donde más vehículos esperaban a ser observados y fotografiados por los numerosos y asombrados visitantes.
¿Quién dijo lluvia?
La mañana, que había empezado siendo soleada, se nubló y muchos de los allí presentes recordaron la lluvia torrencial que habían sufrido el año anterior…
Pero este año nada deslució la fiesta. Un poco más tarde de la hora prevista, hacia las 11:30 de la mañana, comenzó la ruta preparada por los pueblos de los alrededores y, posteriormente, los coches volvieron a ser expuestos en las campas.
Después de la comida y tras la entrega de premios se dio por finalizada esta concentración de vehículos antiguos, que año tras año se va convirtiendo en una fecha señalada para los amantes de las cuatro ruedas.
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