Su reapertura era más que anticipada. Año tras año los bomberos de Madrid se unían a los cientos de aficionados que, religiosamente, visitamos el tradicional Classic Madrid en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo. Siempre cuentan con su propio stand, que casi siempre suele estar localizado en la planta baja del complejo en el que se celebra la feria, y allí mostraban, para el deleite de los asistentes, algunos de los coches y camiones que los bomberos custodian. También los más observadores quizá hayan visto algunos de estos vehículos en la Cabalgata de Reyes Magos de Madrid, donde nunca falta alguna de las piezas históricas del cuerpo de bomberos.
Más de uno se habrá preguntado de dónde salen estos particulares vehículos, y si estos se pueden visitar. Y sí, se pueden visitar. Muy cerca del Estadio del Rayo Vallecano se encuentra el parque de Bomberos número 8 de Madrid. Hasta 2016 en estas instalaciones se encontraba una colección de múltiples objetos de todo tipo relacionados con los bomberos en la que, por supuesto, se incluían los vehículos, pero todo esto se encontraba en una especie de almacén que no hacía justicia a ninguno de los elementos allí expuestos.
Por esta razón el museo decidió cerrar sus puertas, para renovar y reacondicionar el espacio disponible. Como vallecano, recuerdo visitar el museo siendo niño y quedar maravillado con los camiones antiguos que allí guardaban. Por esta razón todos pasaba por el stand de Classic Madrid y preguntaba por el museo, aunque la respuesta siempre era la misma: “Está reformándose y no tenemos fecha para la reapertura”.
Pero este año 2022, y tras el parón de casi dos años de los salones de clásicos por culpa del covid, volví, de nuevo, a preguntar por el querido museo de Vallecas. Para mi sorpresa, esta vez la respuesta fue distinta. Marzo de ese mismo año, es decir, apenas unas semanas después de la celebración del Classic Madrid. En cuanto me enteré de la noticia cerré una visita a través de su web.
Buena señal del regreso de la exposición de los bomberos fue que ya había muchas fechas completas en su agenda, muestra de su popularidad es que es uno de los destinos preferidos por los colegios. Y la verdad es que pocos destinos mejores se me ocurre, y es que, ¿qué niño no ha soñado con ser bombero alguna vez?
TRAS AÑOS DE ESPERA EL MUSEO REABRIÓ SUS PUERTAS A FINALES DE MARZO
Así pues, después de años de espera, pude traspasar la verja que separa la calle del museo, donde antiguos camiones Magirus-Deutz descansan a la intemperie, esperando una restauración, que, según nos confirman los encargados del museo, llegará.
Una vez dentro, los asistentes son recibidos por la pieza, automovilística, eso sí, más antigua del museo, un coche de bomberos británico Merryweather de 1909. Que combina a la perfección la belleza de la época de los albores del automóvil con la artesanía de toda la maquinaria, realizada en su mayoría en bronce, que los bomberos de principios del Siglo XX empleaban.
Después, se pasa a una época anterior al automóvil, la de las carretas tiradas por caballos, que, aunque no ocupe la temática de esta revista, resulta especialmente llamativo ver como todo el equipamiento que a día de hoy es transportado en potentes camiones, era llevado con urgencia por medio de la tracción animal. Las distintas épocas se van combinando con el material, indumentarias e incluso documentos correspondientes al momento histórico tratado.
También existe un apartado en el que se recuerdan los acontecimientos de la historia de Madrid en los que los bomberos llevan casi 500 años trabajando y en los que han tenido un papel fundamental. Alguno de los camiones presentes en la colección han sido testigos en primera persona de algunos los incendios más sonados de la capital en el Siglo XX. Llama especialmente la atención la autoescala Benz de 1923, que, en el incendio de Almacenes Arias en la céntrica Calle Montera, ayudó a mitigar el fuego, a sus, ya por aquel entonces, más de cuarenta años.
También curioso, y partícipe en esa misma intervención, es el camión Crossley, cuyo interior está pintado de marrón arena, y no es casual, pues este vehículo fue empleado durante la Segunda Guerra Mundial en el frente de África, y tras el conflicto fue traído a España para dar servicio a los bomberos, función para la que, años después, se le instaló un motor Barreiros.
CADA UNO DE LOS CAMIONES DE BOMBEROS DE LA COLECCIÓN CUENTA CON SU PROPIA HISTORIA EN SUS AÑOS DE SERVICIO A LA CIUDAD
En total son más de una decena de vehículos, entre camiones y coches entre los que destacan, por lo numerosos que son en la colección, los camiones Magirus-Deutz de distintas épocas con los que claramente se puede ver cómo fue evolucionando la tecnología a pasos agigantados en aquellos años.
Así pues, el museo cuenta con varias funciones y con unas amplias y modernas instalaciones que prometen no dejar indiferente a nadie. La prevención de incendios y educar al ciudadano en su procedimiento es una de las funciones que cumple la visita, además de servir como homenaje a estos profesionales que arriesgan su vida para salvar a los demás, y que entran dónde nadie se atreve entrar. Y sirve también como repaso a la historia de una institución que siempre ha estado muy unida a la capital, y que de nuevo rinde homenaje a sus héroes con la reapertura de este Museo de los Bomberos de Madrid tras la esperada renovación, y que, bomberos como Eliseo y Elías, quienes nos atendieron con gran amabilidad para realizar este reportaje, están muy orgullosos de mostrar.