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Visita al museo Piaggio en Italia, il paradiso delle due ruote

Situado en la antigua fábrica de Piaggio, en un pueblo de la Toscana llamado Pontedera, las instalaciones cuentan con más de 250 piezas, de las marcas Piaggio, Gilera, Aprilia y Moto Guzzi convirtiéndolo en el mayor museo dedicado a las motocicletas de Italia, y un merecido lugar donde la icónica Vespa cuenta con gran protagonismo.

Localizado a escasos cuarenta minutos de la ciudad de Pisa, Pontedera alberga el museo histórico del grupo Piaggio. Está ubicado en unas modernas instalaciones de más de 5.000 metros cuadrados, en los que se encuentra una colección que cuenta la historia de la empresa que triunfó con sus motos no solamente en Italia, sino en el mundo entero. 

En el patio por el que se accede al museo hay una avioneta, que recuerda los inicios de Enrico Piaggio en la industria aeronáutica, Y es que ésta estuvo relacionada directamente con el desarrollo de las primeras Vespas.

LA MOTO QUE LO CAMBIÓ TODO

Allí se puede ver el prototipo de la motocicleta que cambió el mundo, la Vespa “Paperino. Fue un ingeniero aeronáutico quien concibió la revolucionaría configuración del scooter que ayudó a motorizar Europa tras la II Guerra Mundial. Montaba el motor situado sobre la rueda trasera y el diseño del brazo delantero inspirado en el tren de aterrizaje de los aviones.

Vespa Paperino
La Vespa Paperino fue el prototipo de la mítica scooter.

Así en 1946 nació la icónica motocicleta con forma de avispa, razón por la que fue bautizada como “Vespa”. Se convirtió en todo un símbolo de Italia y un triunfo industrial para el país, pues desde entonces se han vendido más de 19 millones de estas scooter.

El éxito se repetiría en 1948 con la aparición del Piaggio Ape, o abeja en italiano. Era un pequeño motocarro, aún muy populares y frecuentes por las ciudades italianas, y que también cuenta con su propia sección en el museo.

Piaggio Ape
Un Piaggio Ape empleado como vehículo de bomberos.

Menos popular fue el intento de la marca para adentrarse en el sector del automóvil. El Vespa 400 fue un microcoche que enfureció a Fiat, que acababa de lanzar el icónico FIAT 500, y que amenazó a Piaggio con lanzar su propio scooter. El coche se fabricaría únicamente en Francia entre 1958 y 1961, con una producción muy limitada. Esto les convierte en toda una rareza a día de hoy.

Vespa 400
Vespa 400 junto al prototipo.

Todas las versiones de la popular motocicleta están representadas en el museo, además de curiosidades. Desde la Vespa más grande del mundo, creada para una campaña publicitaria, a una Vespa transformada en un pequeño helicóptero hecha para una película italiana. Esto resulta especialmente curioso porque Corradino D’Ascanio, principal ingeniero en el desarrollo de la Vespa, fue el inventor del helicóptero moderno.

También cuentan con una pared donde se puede dejar una pegatina de un club de Vespa como recuerdo de todas las asociaciones dedicadas a esta moto que hay por todo el mundo. Durante nuestra visita, aportamos un adhesivo del Club Vespa de Barcelona. 

UNA VESPA ESPAÑOLA EN EL MUSEO 

La representación española podría haber sido mayor con la presencia de un Vespino, producto exclusivo de la filial española de la marca, Moto Vespa. En todo caso, la moto más especial del Museo Piaggio en Italia es de origen español.

Vespa españoal
En 1962, Santiago Guillén y Antonio Veciana dieron la vuelta al mundo en esta Vespa.

Protegida por una urna, una Vespa con matrícula de Albacete y pintura metalizada preside la sala. Esta motocicleta dio una vuelta al mundo en 79 días en 1962, cuando dos jóvenes, Santiago Guillén y Antonio Veciana, decidieron recorrer más de 40.000 kilómetros tras ver en el cine “La Vuelta al mundo en ochenta días”.

Por si esto no hiciese lo suficientemente especial a esta Vespa, antes de salir de España para emprender su viaje Salvador Dalí y su mujer Gala decoraron esta moto con sus firmas, dotando de un valor incalculable a la misma.

Vespa Salvador Dalí
La firma de Salvador Dalí decorando el lateral de la Vespa.

LA VESPA Y EL ARTE EL EN MUSEO PIAGGIO DE ITALIA

Muchos de los anuncios que adornan las paredes del museo se pueden considerar obras de arte en sí mismas. En todo caso, el museo cuenta con una planta dedicada a la faceta más artística de la Vespa, con esculturas, cuadros, y motocicletas decoradas.

Otros modelos de la marca como el Ape también cuentan con unidades decoradas en el museo. Y también hay referencias a las muchas películas que ayudaron a incrementar el éxito de la Vespa. Filmes como la legendaria escena de “Vacaciones en Roma”, con Audrey Hepburn y Gregory Peck, símbolo de la “Dolce vita”.

Como recuerdo los visitantes pueden emular una imagen similar con un photocall situado en la entrada del museo. Allí hay una Vespa con sidecar está disponible para que los visitantes se lleven una fotografía de recuerdo. Y ese no es el único recuerdo, la tienda está llena de todo tipo de souvenirs relacionados con esta moto, con exclusivos modelos a escala o libros relatando la historia de la marca. 

UN ESPACIO PARA GILERA, APRILIA, MOTO GUZZI Y LAVERDA 

Otra gran parte del museo está dedicada a las otras marcas de motocicletas del grupo Piaggio. La mayoría de éstas son las Gilera, fabricante cuyo origen se remonta a 1909, y que fue comprada por Piaggio en 1969. Muchas de estas motos aportan el toque de deportividad a la colección, además de algunas de las piezas más antiguas del mismo.

Es en esta zona donde se concentran motos de todo tipo. Hablamos desde ciclomotores fabricados por Piaggio, hasta unidades de MotoGP y Trial de marcas como Gilera, Aprilia y Moto Guzzi, fabricantes que juntos cuentan con más de 100 títulos mundiales en distintas categorías.

El museo es una visita obligatoria para cualquier amante de las motocicletas o de este icono italiano, pero hasta que ese viaje se materializa, Piaggio cuenta con una visita virtual muy completa de su colección. 

Por último, agradecer al Museo Piaggio su atención y amabilidad por abrir sus puertas al grupo de amigos que recorrió Italia en sus coches clásicos.

Fotografías de Javier Ramiro, Javier Molina y Erik Alarma.

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Escrito por Javillac

Esto de los coches le viene a uno desde niño. Cuando otros críos preferían la bicicleta o el balón yo me quedaba con los cochecitos de juguete.
Recuerdo aún como si fuese ayer un día en el que nos adelantó un 1500 negro por la A2, o la primera vez que vi un Citroën DS aparcado en la calle, los paragolpes cromados siempre me han gustado.

En general me gustan las cosas anteriores a la época en la que yo nací (hay quien dice que estoy reencarnado), y en el top de esa lista están los coches, que junto a la música, hacen la combinación ideal para un rato perfecto: conducción y una banda sonora acorde al coche correspondiente.

En cuanto automóviles me gustan los clásicos de cualquier nacionalidad y época, pero como mi debilidad están los coches americanos de los 50, con sus exageradas formas y dimensiones, razón por la que mucha gente me conoce como "Javillac".

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