FOTOS VOLKSWAGEN ESCARABAJO CABRIO GIGANTE: BARCROFT CARS
Hay muchas teorías sobre el arte rupestre. Un mundo de especulaciones para desentrañar la motivación de esas pinturas. Sin embargo, de entre todas sobresale una especialmente. La que juega con la idea de que, para los habitantes de la Prehistoria, representar a un animal era tanto como apoderarse simbólicamente del mismo. Algo que tiene todo el sentido, ya que siempre se ha tendido a divinizar aquello de lo cual depende tu supervivencia. Pues bien, con los amantes de los clásicos pasa algo parecido.
Al fin y al cabo, rara es la casa de un aficionado al automovilismo donde no haya maquetas. De hecho, es la forma en la que uno suele aficionarse siendo niño. Con ellas apresamos en miniatura los coches que, realmente, quisiéramos tener en nuestro garaje. Se trata de una historia muy común, la cual aquí ocurre justo al contrario. Y es que Scott Tupper y su hijo, lejos de hacerse con un diorama del Volkswagen Escarabajo, han decidido crear una réplica un 40% más grande.
Un curioso trabajo basado en un Escarabajo descapotable de 1959. Eso sí, incluyendo multitud de comodidades contemporáneas sobre la base de una camioneta americana. Un trabajo de artesanía carrocera que, sobre la carretera, seguramente parezca una ilusión óptica. Todo para dar rendir homenaje al popular modelo, pero también “para no sentirse intimidado en el tráfico”. Algo que seguro han logrado, puesto que este Volkswagen Escarabajo es más grande que un Hummer.
VOLKSWAGEN ESCARABAJO CABRIO. DANDO OTRO TONO AL MODELO
Aunque el Volkswagen Escarabajo es uno de los coches más queridos y simpáticos de todos los tiempos, su origen es algo oscuro. Tecnológicamente es la gran creación de Ferdinand Porsche; una credencial irreprochable. Pero políticamente es el deseo del Partido Nazi, el cual patrocinó con su KdF Wagen el inicio de este “coche del pueblo”. Una paradoja que acompañó al Volkswagen Escarabajo durante sus primeros años de vida, especialmente tras la derrota alemana en 1945.
Tras la victoria de los Aliados, el antiguo VW Tipo1 resultaba un coche de lo más atractivo para tiempos de reconstrucción económica. Duro, práctico y fácil de fabricar, este utilitario estaba llamado a motorizar a las clases medias que emergerían de entre los cascotes de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, para su éxito en los Estados Unidos se necesitó de una buena campaña publicitaria.
Había que resignificar al modelo, estrategia en la que se encuadra el lanzamiento en 1949 del Escarabajo descapotable. Una simpática variante de la que se vendieron más de 300.000 unidades hasta 1980. Una de ellas es la que se ha utilizado como base para la creación que nos ocupa hoy, concretamente una de 1959. Eso sí, aunque visualmente la réplica es perfecta, bajo los paneles de la carrocería se esconde algo muy distinto a lo ideado por Ferdinand Porsche en los años cuarenta.
VOLKSWAGEN ESCARABAJO SOBRE CHASIS DODGE
Puestos a la labor, Scott Tupper y su hijo digitalizaron su Volkswagen Escarabajo descapotable para crear los nuevos paneles de carrocería. En un principio pensaron hacer la réplica un 50% más grande que el original, pero tras topar con limitaciones legales decidieron dejarlo en un 40%. La idea no sólo afectaba al exterior, ya que también todos los detalles del interior han sido imitados con gran exactitud. Una estupendo trabajo carrocero que, no obstante, se queda justo ahí.
Y es que, bajo la apariencia de réplica se esconde un chasis bien diferente. De hecho, para montar a este particular Volkswagen Escarabajo decidieron usar el chasis de una furgoneta Dodge. Lógico, ya que se trata de replicar la carrocería, no hasta el último tornillo y elemento mecánico. ¡Imagina que hubieran copiado el motor a escala 2:1! Lejos de ello, este escarabajo descapotable monta un V8 de 5’7 litros también procedente de la marca Dodge.
¿Resultado? Una pieza única de lo más vacilona, puesto que bajo esa apariencia de tributo al mítico escarabajo se encuentra un enorme vehículo americano con toda la potencia de sus ocho cilindros. Equipado con comodidades como el cierre centralizado o los asientos calefactados. En fin, algo parecido a lo que muchos hemos hecho montando miniaturas. Pero justamente al revés. Al fin y al cabo lo han hecho unos norteamericanos, y esa gente hace todo a lo grande.