Hay muchos automóviles legendarios que todo el mundo -aficionado o no- conoce: el Mini, el Citroën 2CV, El Fiat 500 o el mitificado Porsche 911 que cumple estos días su 50 aniversario. De todos ellos se han producidos miles o, incluso, millones de unidades, hay clubes de propietarios por todo el mundo y se celebran multitudinarias reuniones en los más diversos lugares prácticamente todos los años.
¿Qué ha hecho de estos coches productos míticos y conocidos a escala mundial? Exceptuando el cumpleañero deportivo alemán, el resto han destacado por sus simpáticas líneas, su diseño rompedor y novedoso en su día y por haber sido utilitarios accesibles para la gran clase media. Dichos modelos, que ya tienen un lugar en el imaginario popular, están liderados a nivel mundial por el Volkswagen Escarabajo y en España por el inevitable Seat 600.
Ahora bien, si hacemos un pequeño ejercicio mental y recordamos alguna de las numerosas concentraciones de estos vehículos, ¿qué es lo que más nos llama la atención? Ninguno de los ‘habituales’, por muy bien restaurados que estén -salvo que se trate de las primerísimas series- conseguirá arremolinar a un aceptable número de curiosos a su alrededor…
Las versiones especiales son ya otro cantar. Un 600 Siata -Formichetta, Tarraco o Minivan-, un Serra o incluso los 800 de cuatro puertas acapararán toda la atención entre los cientos de participantes de las concentraciones de pelotillas.
Con las reuniones de Escarabajos pasa lo mismo: la gente se centra en los 181, Karmann-Ghia, Kubelwagen o en cualquiera de los muchos derivados del mítico Volkswagen original, dejando un poco a un lado sus versiones convencionales.
Este es el caso de los conocidos como Volkswagen Tipo 3, es decir, los únicos productos de Wolfsburg que en los años 60 podrían pasar desapercibidos por su diseño, digamos, normal; pero que, sin embargo, hoy en día causan furor entre los aficionados a los clásicos de la marca germana.
Realmente, no se trata de modelos demasiado escasos, pues se fabricaron alrededor de tres millones de ejemplares entre 1961 y 1973, pero ese diseño menos llamativo al que acabamos de aludir y lo relativamente complicado de su mecánica han hecho que sea bastante difícil ver alguno en condiciones de marcha.
Convencional, aunque con dos maleteros
El Volkswagen 1500 Tipo 3 y su motor ‘plano’
La denominación Tipo 3 engloba una gran cantidad de modelos y carrocerías, todas con el punto común de servirse de soluciones técnicas ya más que probadas a comienzos de los años 60: aquellas que daban lugar al chasis-plataforma del Escarabajo.
La única novedad mecánica fue el motor plano, que era una versión algo modernizada del viejo cuatro cilindros bóxer refrigerado por aire diseñado por Ferdinand Porsche a finales de los años 30, adaptado para que se pudiera situar sobre éste un maletero de dimensiones aceptables.
El lanzamiento de los nuevos automóviles se produjo en el salón de Frankfurt de 1961, que se celebró en septiembre de aquel año. En el centro del stand y como principal atractivo estaba el Volkswagen 1500 cabrio, versión de la que finalmente solo se fabricaron unas veinte unidades de preserie.
Desde el momento de este lanzamiento el nuevo Volkswagen atrajo la atención del público y se comenzaron a recibir numerosos pedidos en el mismo salón donde se presentaba. Después, el éxito comercial continuaría durante muchos años.
Y, sin embargo, no había nada rompedor en el planteamiento de estos coches. El diseño en general era sobrio y típico de las berlinas de principios de los 60, el equipamiento no daba para muchas alegrías y el motor no era demasiado potente.
Además, el aprovechamiento del espacio era similar al del Escarabajo, pues las plazas traseras iban algo justas, el maletero delantero era bastante plano y se había suprimido el hueco tras los asientos posteriores, si bien el maletero trasero suplía esto último con creces.
En efecto, los Volkswagen Tipo 3 tienen dos maleteros…
Debajo del maletero, a la altura del eje trasero, se encuentra el propulsor
La magia del marketing encumbró al Volkswagen Tipo 3
Volviendo al asunto que nos ocupa, la marca alemana no ofrecía ningún modelo de mayor capacidad y cuatro puertas realmente diferente al Escarabajo, aunque sí que se construyeron algunos prototipos de preserie que no llegaron a ver la luz.
Entonces, ¿qué es lo que hizo que los Volskwagen Tipo 3 triunfaran en el terreno comercial? Simple y llanamente, el marketing y la reputación que ya tenía por aquel entonces Volkswagen. En toda la publicidad de los nuevos modelos se hacía hincapié en la ya ganada fama de automóviles robustos, duraderos y casi irrompibles.
Hasta tal punto, que en algunos de los catálogos originales la escena representada en una gran foto en color y a doble página era la siguiente: un taller, con dos elevadores. Subido en uno, un Escarabajo y, en el de al lado, un 1500 Tipo 3. En el lateral, un pequeño texto explicando que a pesar de parecer irrompibles, los VW también pueden sufrir algún percance, por lo que es aconsejable visitar el taller para las revisiones pertinentes cada cierto número de kilómetros.
Y es que a poco más que a esto -y a la inusual oferta de dos maleteros- se podían agarrar los publicistas de Wolfsburg para vender su nuevo coche.
Unos interiores típicamente sesenteros…
La prensa de la época no recibió con ningún entusiasmo a los Volkswagen Tipo 3 cuando fueron lanzados a comienzos de los años 60, pues, por un motivo u otro, la competencia que tenían siempre les superó.
En Alemania coincidían, por precio y tamaño, con los Ford Taunus -sobre todo el 17 M, desde 1961- y los Opel Rekord y Kadett. Los Ford tenían un diseño rompedor y muy moderno para su tiempo, proporcionaban unas prestaciones bastante aceptables -en algunos casos con un motor V4- y, además, ofrecían la posibilidad de optar por una carrocería de cuatro puertas.
Los Opel no se quedaban atrás, con una gama completamente renovada a principios de la década, diseño de estilo americano y nombres que han llegado a nuestros días: los Kadett, como pequeños coupés con prestaciones aceptables y un maletero e interior espaciosos, y los Rekord, como elegantes berlinas pequeñas de cuatro puertas.
Lo mismo sucedía en Francia, en la que los VW Tipo 3 tuvieron que convivir con los Renault ‘todo atrás’ -Gordini y R8- y los Simca 1000 que fueron presentados el mismo año de 1961. Todos ellos ofrecían cuatro puertas, espacio para otros tantos adultos y unas prestaciones alegres.
¿Y ante este panorama, qué ocurrió? Pues que los esfuerzos de la prensa y de la competencia para anular al nuevo producto germano fueron en vano; triunfó a su manera, y sin restarle ventas al tradicional Escarabajo que se seguía comercializando simultáneamente.
Al final, se demostró que la fama de robustez y durabilidad podía más que la habitabilidad o las prestaciones, aunque nadie entendió la negativa de Volkswagen a fabricar berlinas de cuatro puertas para los europeos -tan solo en Brasil se produjo un Tipo 3 con ese carácter, el ‘Brasilia’ 1500, que nunca se vendió en el Viejo Continente.
El éxito de los Tipo 3 se apoyó en su fama de coches robustos y fiables
Un viejo Tipo 3 restaurado para una boda
Visto desde la perspectiva actual, los Tipo 3 son unos coches curiosos y raros que despiertan la admiración del aficionado y que en cierto modo destacan por la simpatía de sus líneas.
Vean si no al protagonista de las fotos, un 1500 S de 1964 dotado de sunroof -techo practicable- y pintado de un bonito color ‘Rojo Rubí’, que era como aparecía denominado en los catálogos de la época, aunque originalmente fuese gris claro.
Este coche lleva en la misma familia desde 1976, cuando el padre del actual propietario lo adquirió… ¡a cambio de un Citroën Tiburón! Han leído bien, parece ser que, cansado por los problemas de fiabilidad de la suspensión hidroneumática, decidió cortar por lo sano e irse a la marca líder en fiabilidad de su tiempo. Quizá los técnicos alemanes no se equivocaban tanto como parecía…
Llegó entonces el momento en el que su hijo mayor cumplió 18 años y se sacó el carnet de conducir. Para evitar males mayores, el previsor padre decidió guardar bajo funda su coche en el garaje, hasta que el retoño se cansó de esperar y, tras pocos años, se compró un Seat 127.
Con el segundo vástago -y actual propietario- ocurrió exactamente lo mismo, teniendo éste que adquirir un Renault 5 mientras el Tipo 3 seguía durmiendo en la oscuridad.
Tras varios años éste tuvo que dejarse a la intemperie por problemas de espacio tras una reforma doméstica, y no fue hasta el año 2.000 cuando se decidió su rehabilitación, realizada en secreto para dar una sorpresa con motivo una boda.
La restauraciones de chapa, interiores e instalación eléctrica se llevaron a cabo en pequeños talleres de la zona, siendo necesario enviar la mecánica a un especialista en VW de la zona madrileña aun a pesar de que arrancó tras 24 años parado y fue por sus propios medios hasta el taller.
Un motor que necesita cuidados expertos
Estos motores planos -que comparten varias características con los de los Porsche 914- son duraderos pero necesitan los cuidados de manos expertas, y no en vano en los manuales de taller originales se recomendaba que ajustes básicos como el encendido, la carburación o la refrigeración fueran hechos por profesionales -mejor oficiales- y no por uno mismo.
Y esto en las primeras versiones de mecánica “sencilla”, pues a partir de 1967 existió una versión de inyección electrónica y cambio automático para el mercado estadounidense, y desde agosto de 1971 todos los Tipo 3 incorporaron una centralita electrónica para el diagnostico de averías, convirtiéndose en unos pioneros en este asunto.
El automóvil de las fotos aún no monta ninguno de estos adelantos ultramodernos pues, como hemos dicho, se trata de un 1500 S de 1964, que se distingue de los sencillos 1500 N por su mayor potencia -54 frente a 45 CV- y por algunos detalles de equipamiento como los faros de intermitencia alargados o los tapacubos con embellecedores.
Eso sí, lo que no varió en los doce años de producción de los Volkswagen más convencionales fue su bonito cuadro de instrumentos con tres grandes indicadores separados frente al conductor, que a pesar de estar diseñados en 1960 no desentonarían en ningún coche actual de estilo retro.
Hoy en día los Tipo 3 son coches muy buscados, especialmente por los aficionados a los VW refrigerados por aire. Encontrar en nuestro país uno de éstos funcionando y con matrícula nacional de toda la vida es tarea difícil, así que os invitamos a disfrutar de las imágenes; sin duda, sus simpáticas líneas han ganado mucho con el paso de los años.