Carlos Sanz
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Tres Transporter T2’s
La T2a (1968 – 1972) : Motor de 1.584 cc y 47 cv (posteriormente pasó a 50cv). Se caracteriza por llevar los parachoques redondeados con un estribo por debajo de las puertas para ayudar en las maniobra de subir y bajar del vehículo; los indicadores de dirección delanteros en las extremos inferiores del frontal; el logo delantero con la «W» en tamaño grande, la tapa del motor con el hueco de la matrícula corto, los pilotos traseros pequeños; las branquias para refrigerar el motor tienen forma de media luna y los tapacubos de las ruedas son abultados.
En 1971, al incorporar los frenos de disco en el tren delantero, sus llantas fueron sustituidas por unas con agujeros de refrigeración y los tapacubos pasaron a ser más planos.
La T2b (1972 – 1979): Los principales cambios externos se llevaron a cabo durante dos años. En el 72 se incorporó un nuevo propulsor de 1.679cc y 66cv, que requirió un vano motor más amplio, se sustituyó el capó por uno de menor altura y con el hueco de la matrícula más ancho. Además los pilotos traseros aumentaron de tamaño incorporando luz de marcha atrás y las rejillas de refrigeración de la mecánica se transformaron en unas con forma rectangular y más grandes para mejorar su función, tal y como puede verse en la foto de cabecera.
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En el 73 recibió nuevas modificaciones: unos parachoques de sección más cuadrada, sin estribos y con un surco en medio; los intermitentes delanteros se situaron más arriba, junto a la rejilla de ventilación del habitáculo y la «W» del morro paso a ser algo más pequeña y de material plástico.
Ya en 1974 el motor 1.700 se sustituye por el 1.800 (1795cc y 67cv), mientras que la tapa cuadrada de chapa que oculta el tapón de la boca de combustible desaparece y se coloca uno redondo con llave. Y finalmente, en 1976, se estrena la unidad motriz de 2.000cc que incorpora la unidad que probamos.
La T2c (1991 – 2013): Una vez que en 1979 cesó su producción en Alemania, continuó su fabricación en México y en Brasil con la apariencia de la serie «b» europea, aunque tenían sus peculiaridades en lo que a la mecánica se refiere.
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La tercera y última serie se fabricó exclusivamente para el mercado del centro y sur de América, concretamente en México desde el año 91 y en Brasil desde el 95. Se identifica por llevar el techo sobreelevado 10 centímetros, los paragolpes redondeados sin estribo y por tener una parrilla de plástico en el frontal -negra al principio y del color de la carrocería después- de los ejemplares equipados con el motor de refrigeración líquida de 1.8 litros.
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La T2 en el cine
Gracias a su dilatada vida comercial, a su proliferación por todos los rincones del planeta, a su imagen relacionada con el mundo Hippie y a que ha sido muy usada en el servicio público de muchos países como ambulancia, furgón policial y de bomberos, ha aparecido en innumerables largometrajes y series de televisión.
Su papel más destacado en el mundo del celuloide fue en «Pequeña Miss Sunshine», singular road movie de 2006 en la que una familia formada por extraños personajes recorre los EEUU en una T2 amarilla para que la pequeña del grupo, una niña feúcha y regordeta, acuda a un concurso de misses infantiles. Por el camino les ocurrirá todo tipo de delirantes episodios.
En nuestro país pudimos ver una en color naranja y decorada con flores en la incombustible serie de TVE «Cuéntame». Pero lo mejor es que nuestra protagonista, la que presentamos en este artículo, apareció en la película española «Torremolinos 73» (2003), en una escena en la que los actores principales van adelantando a varios vehículos de forma temeraria, entre ellos a la T2. Por cierto, si se fijan en la foto, un fotograma del filme, podrán reconocer a quien la conducía: Pablo Arango.
Lee la 2ª Parte…
