Encontrar una conexión entre Suecia e Italia a nivel automovilístico no es algo sencillo, pero en 1977 la marca Volvo presentó el 262C, un coche de dos puertas de lujo personal diseñado por Bertone y creado con el mercado americano en mente, algo que repetirían en los ochenta con el Volvo 780 Coupe.
El siguiente paso en esta colaboración era crear una versión más exótica del ya por sí peculiar Volvo 343, un modelo cuyos orígenes se deben a la compañía holandesa DAF. Así pues, había que crear un nuevo coupé a partir de dicha plataforma, y de esta tarea se encargó el gran Marcello Gandini, que crearía una carrocería de lo más vanguardista.
VOLVO TUNDRA, ROMPIENDO ESQUEMAS
El prototipo de Gandini recibió el nombre de Tundra y se presentó en 1979, en lo que supuso un cambio radical en la imagen de la marca sueca, ya que tenían un estilo muy marcado a la hora de diseñar automóviles, predominando las formas angulares y la función primaba por encima de la forma. No es por tanto ninguna sorpresa que desde Bertone hicieran caso omiso a las indicaciones de Volvo a la hora de crear este coche.
El Volvo Tundra presentaba unos faros escamoteables y una curiosa carrocería de dos puertas, permitiendo acceso al maletero desde el cristal trasero, rasgos que en el futuro heredaría el peculiar Volvo 480. El interior era igual de moderno, con la pieza central siendo el salpicadero que era completamente digital. Gandini se inspiró en algunos trabajos previos de Bertone como el Reliant FW11 de finales de los sesenta y el Lamborghini Silhouette para diseñar este vehículo.
La mecánica sí que era algo más convencional, puesto que el motor era un tipo Sierra de origen Renault de 1,4 litros de 70 CV y que compartía con modelos como el Renault 12, aunque en el Volvo la fuerza se transmitía a las ruedas traseras. Finalmente, Volvo rechazó la idea de llevar el Tundra a producirse en serie, ya que era demasiado moderno y complicado de vender, pero la historia del coche no se detiene ahí.
MAZDA MX81 ARIA, PARECIDOS MÁS QUE RAZONABLES
Tras la negativa de los suecos a Bertone no le faltó el trabajo, y para 1981 crearían un nuevo prototipo, pero esta vez para Mazda. Tampoco era la primera vez que la casa de diseño italiana trabajaba con la firma nipona, pues sus primeras obras conjuntas se remontan a 1963, algo que surgió gracias a la historia de amor entre uno de los diseñadores japoneses de Mazda y una chica de Turín.
Basado en el popular Mazda 323 desde Bertone crean un nuevo prototipo basándose en la moda de los coches con forma de cuña, aunque para aquel momento Marcello Gandini ya no era diseñador jefe. Al frente estaba ahora Marc Deschamps, pero claramente el MX81 se inspiraba en los trazos del Volvo Tundra.
Si bien la carrocería era bastante similar en algunos aspectos, el interior había evolucionado mucho con respecto al prototipo sueco. Lo más llamativo era la ausencia de un volante convencional, que en su lugar se reemplazó por una cinta que rodea a una pantalla que servía como cuadro de instrumentos. Este coche tampoco llegó a producirse en serie, pero algunos matices de diseños se pudieron apreciar en el Mazda 323 F de 1989.
CITROËN BX, A LA TERCERA VA LA VENCIDA
Solo hubo que esperar un año desde la presentación del Mazda MX-81 para que el público general pudiera comprar algo similar al Volvo Tundra. La siempre revolucionaria Citroën fue quien se interesó por Gandini para que diseñase la berlina que estaba destinada a sustituir al Citroën GS.
Lejos de basarse por completo en el prototipo de 1979, Marcello Gandini creó un nuevo automóvil para la firma francesa, tomando algunos rasgos de aquel trabajo previo como la forma del pilar C, o la manera de resolver el frontal del vehículo. Aunque muy descafeinado, el BX seguía siendo muy futurista para la época, y el resultado fueron más de 2,3 millones de unidades vendidas entre 1982 y 1994, que supusieron todo un éxito para este coche con suspensión hidroneumática
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Imágenes: Volvo, Mazda, Citroën y Bertone