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Vuelta a la Península Ibérica, Joserra García y su 2CV lanzado a la aventura

Por su sencillez y eficacia, el 2CV ha sido uno de los modelos preferidos por aventureros y exploradores. De hecho, incluso han llegado a protagonizar a bordo del mismo diversas vueltas al mundo. Siguiendo esta estela viajera hace muy poco que Joserra García ha finalizado su vuelta a la Península Ibérica a lomos de su 2CV Tomatito. Un modelo que en principio iba para piezas pero ahora incluso está adaptado a largas travesías.

De una manera u otra el automovilismo ha sido y es una de las piezas clave para entender el mundo en los últimos cien años. De esta manera, multitud de progresos tecnológicos se han visto reflejados en el mismo. Algo de lo que da buena cuenta la sucesión de marcas y modelos con los que se ha ido conformando el parque móvil, contando con una gran variedad de automóviles masivos. Justo aquellos que, aún no siendo los más refinados en prestaciones o diseño, sí consiguieron dar una respuesta solvente en materia de movilidad a la mayoría de la población. De esta manera nacen los que, pasado el tiempo, pasan a ser conocidos como “clásicos populares”.

Término muy amplio en su definición, pero al tiempo bastante esclarecedor sobre el alcance de los modelos que bajo el mismo podemos incluir. Siempre definidos por la versatilidad y el diseño aplicados al uso diario, habiéndose colado por ello en el panorama sentimental de millones de personas. Un hecho perfectamente ilustrado por el Citroën 2CV. Creado en 1948 a partir de los planos del prototipo TPV ideado antes de la Segunda Guerra Mundial, este utilitario miró a la Francia rural como su principal mercado. Un objetivo comercial que definió su diseño. Haciendo del mismo un vehículo resistente y austero al tiempo que sorprendentemente capaz de enfrentarse a los rigores de la conducción sobre tierra.

De hecho, una de las mejores señas de identidad del Citroën 2CV es su suspensión. La cual le permite salvar con suavidad obstáculos que serían imposibles para modelos mucho más refinados. Si a ello le sumamos sus bajos consumos y lo sencillo de sus reparaciones tenemos un vehículo perfecto para aventureros y largos viajes. Algo que quizá le sorprenda a más de uno, pudiendo haber imaginado al mundo de la exploración copado de todoterrenos británicos. Lejos de ello, el 2CV ha sido protagonista en no pocos de los viajes automovilísticos más icónicos del siglo XX. Por ejemplo la vuelta al mundo emprendida por Jean-Claude Baudot y Jacques Seguela a mediados de los cincuenta.

Una de las mejores hazañas vividas a lomos de un 2CV, la cual quedó recogida en el libro La Terre en Rond. Uno de los textos más evocadores para quienes han escogido a este utilitario francés como vehículo para sus aventuras. De hecho, aún con el paso de los años, no son pocos quienes siguen escogiendo un 2CV para explorar en vez de un moderno todoterreno a la última. Muestra de ello es el español Jorge Sierra. A quien entrevistamos hace tres años a propósito de su libro Hacia Cualquier Otra Parte, donde narra su vuelta al mundo a lomos de Naranjito. Un 2CV que aguantó con estoicismo los rigores desérticos de Irán y Australia levantando miradas allá por donde pasaba.

Joserra García a bordo de su 2CV Tomatito

2CV TOMATITO, DE SER DONANTE A PROTAGONIZAR UNA AVENTURA

Seducido por la historia de Jorge Sierra y su 2CV, Joserra García empezó a pensar en la idea de hacer algo parecido a escala peninsular. Además, él ya tenía una profunda afición por el modelo. Prueba de ello es la unidad que ya había adquirido en Granada en color amarillo. Complementada por las dos conseguidas en Burgos en el 2002 entre las cuales se encontraba el futuro Tomatito. Un 2CV de 1984 en principio destinado a ser donante, ya que se encontraba parcialmente desmontado con diversas piezas así como dos motores dentro del maletero.

No obstante, Joserra García decide salvar este 2CV que tiempo después se iría de aventura por la Península Ibérica. Así las cosas, no sólo lo pone a punto en materia mecánica. Sino que también modifica el interior para poder acoplar una pequeña cama donde dormir en caso necesario así como un capó trasero de fibra donde albergar una pequeña cocina. Además, también le incorporó un depósito extra para 35 litros de combustible y una rueda de repuesto alojada a la vista sobre el capó delantero.

Adaptado a la ruta

Con todo ello, el 2CV Tomatito ya estaba listo para emprender una larga aventura. Concretamente la que acaba de finalizar hace escasas semanas. Habiendo recorrido la costa de la Península Ibérica a través de un viaje de 23 días con 5.400 kilómetros en total. Un viaje bastante amplio donde Joserra García se encontró con días de mal tiempo y ciertos contratiempos mecánicos, solventados gracias a la entusiasta comunidad de aficionados al modelo. De hecho, más allá de los lugares visitados y la excelente experiencia de recorrer la Península Ibérica en todo su perímetro, lo que mejor ilustra esta aventura es el gran compañerismo vivido entre los mismos.

Acabando en Faro la parte portuguesa de la ruta

UNA COMUNIDAD ENTUSIASTA

Una de las mejores características de los llamados clásicos populares es la pasión que levantan. Implicados en los recuerdos de millones de personas, no sólo son conocidos y queridos por cualquiera que los vea pasar, sino que también han generado una comunidad entusiasta con clubes repartidos por toda la geografía. De esta manera, el simple hecho de conducir un 2CV abre las puertas de una empatía y solidaridad poco vistas en otros ámbitos. Sobre ello nos habló Joserra García, señalando cómo ésta fue sin duda una de las mayores conclusiones del viaje.

Más allá de algunos problemas concretos, el 2CV no dio ningún fallo de motor

Así las cosas, cuando un pequeño accidente en la Región de Murcia le afectó al eje delantero, varios miembros del Club 2CV de Elche lo ayudaron a enderezar el brazo de la suspensión y ajustar la rótula. Algo muy similar a lo que ya le había ocurrido en Rota. Donde tras fallar la bobina de encendido debido a la humedad recibió una llamada del Club Citroën de Puerto de Santa María listo para echarle una mano. Es más, en diversas ocasiones los aficionados se acercaban tan sólo para saludar y ofrecer un rato de cobijo y descanso. Justo como pasó con los seguidores de Badajoz que se acercaron a Portugal para compartir un rato con el 2CV Tomatito y su dueño.

El empuje de la afición es, a veces, literal

Es más, incluso en el taller especializado Rapid Garage de Bétera -una referencia en lo que se refiere al mundo del 2CV- se negaron a cobrarle por una revisión. Otra muestra más de la simpatía que despierta cualquiera que se lance a la ruta a lomos de un clásico popular. Uno de esos que, como el 2CV, es capaz de generar una comunidad de aficionados desprendidos y solidarios entre sí. De hecho, lejos de quedarse aislado en el garaje a nuestro protagonista le esperan nuevas aventuras. La próxima de ellas una gran concentración de modelos 2CV prevista para septiembre en Santiago de Compostela. Otro capítulo más en la vida de esta unidad que iba para piezas y finalmente ha acabado siendo un leal compañero de viaje.

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Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

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