A primera vista, el Spider Vistotal depositado en el Museo Nicolis parece otro de los muchos ejercicios de diseño con base FIAT 1100E. No obstante, al fijar la atención en su parabrisas carente de marco resulta fácil comprender cómo estamos ante algo mucho más especial. Y es que, al fin y al cabo, esta pieza única es uno de los escasos ejemplos de la patente registrada por el ingeniero francés Joseph Vigroux en 1935. Fruto de la investigación con la visibilidad por bandera, intentando llegar a un sistema de montaje para el parabrisas donde no fuera necesario incorporar soportes ni marco alguno.
Así las cosas, hemos de situarnos en el fondo del Océano Atlántico. Lugar donde reposan los restos del Chrysler Norseman dentro de las bodegas del Andrea Doria. Hundido en 1956 tras colisionar bajo la niebla con otro transatlántico al dirigirse al puerto de Nueva York. La improvisada sepultura marítima donde acabó este diseño firmado por Virgil Exner y materializado por Ghia en Turín, dotado de soluciones tan innovadoras como los bajos carenados o la carrocería completamente realizada en aluminio. Todo ello presentado bajo unas líneas despejadas y fluidas gracias a que el Norseman aplicó el sistema Vutotal patentado por Vigroux.
De hecho, al malograrse el proyecto debido al naufragio también se truncaron las esperanzas de llevar a serie este tipo de carrocería sin pilares A. No en vano, ésta fue la única vez en la que un fabricante masivo se interesó por el Vutotal a pesar de sus grandes costes de montaje. Y es que, como casi cualquier novedad rupturista, ésta implicaba importantes gastos de implantación. Más aún en modelos con techo firme, obligando a pensar soluciones para sostener el peso del mismo sin necesidad de apoyarse más que en el propio parabrisas. Todo ello con el fin de producir una visión sin obstáculos plenamente panorámica.
VUTOTAL, LOS PRIMEROS ENSAYOS CON LABOURDETTE
Fundado en 1858 para estar en activo hasta 1939, el carrocero francés Labourdette fue pionero en adaptar los antiguos carruajes al naciente mundo del motor. Además, durante los años veinte lo hizo demostrando un gran estilo, siendo posiblemente el taller más afamado cuando hablamos de carrocerías Torpedo-Skiff. Llegados a este punto, junto a Chapron, Saoutchik o Figoni et Falaschi protagonizó la época dorada de los carroceros franceses enfocados en la alta gama y las piezas únicas.
Algo no sólo confirmado con sus excelentes diseños, sino también con la aplicación de innovaciones como el sistema Vutotal. Pero ¿en qué se basaba aquella patente de 1935? Pues ni más ni menos que en la eliminación de los soportes laterales del parabrisas, haciendo que éste emergiera del propio chasis sin más necesidad que su sustento en el mismo. Todo un alarde técnico, requiriendo de vidrios templados muy espesos unidos a la propia estructura del vehículo. Sólo así el parabrisas se imponía como una pieza solvente en sí misma, eliminando vibraciones e incluso pudiendo soportar el eventual peso de un techo rígido.
Obviamente esta operación requería de una gran precisión. No sólo en los anclajes del sistema Vutotal. Sino también en todo lo referido a la unión entre el parabrisas y las lunas de las puertas con el habitáculo plenamente cerrado. Es decir, se trataba de una solución sólo apta para modelos de alta gama. Elevando notoriamente el precio debido a la fina mano de obra requerida en los acabados. De todos modos, dada la cartera de clientes manejada por Labourdette ésto no era un problema. De hecho, modelos tan significativos como el deportivo Delage V12 Aerodynamique o el Rolls-Royce Phantom III Cabriolet de 1939 lo incorporaban.
UNA SEGUNDA VIDA, LA ÉPOCA DE CASTAGNA
Como sabemos, muchos de los elementos nacidos en los segmentos más exclusivos del automovilismo van permeando a las gamas populares pasando los años. Sin embargo, en el caso del sistema Vutotal la Segunda Guerra Mundial actuó como quiebra del proceso. Especialmente por el cierre de la carrocera Labourdette en 1939, no volviendo a reanudar su actividad más allá de algunas iniciativas realizadas de forma personal por su antiguo director Jean-Henri Labourdette. En ese sentido, resulta interesante comprobar cómo la más afamada tuvo a la patente de Vigroux en el centro de sus afanes. Hablamos del 4CV Vutotal presentado en 1950. Un interesante ejercicio de diseño descapotable que nunca intentó llegar siquiera a serie corta.
Más allá de esto, el uso de parabrisas sin soportes a la manera realizada por Labourdette sólo se vio en proyectos muy personales si exceptuamos el prototipo Chrysler Norseman. Así las cosas, llama la atención la semejanza entre el Delage V12 Aerodynamique y el controvertido Ferrari 212 “Uovo” ideado para la Mille Miglia de 1951. Uno de los escasos ejemplos del sistema Vutotal después de la Segunda Guerra Mundial dejando a un lado la labor hecha por Castagna. Y es que, desde 1950, el histórico carrocero milanés tomó como propia aquella patente renovando su uso bajo el término Vistotal.
Algo que se tomó muy en serio. Haciendo de ella una línea propia bendecida por el uso de un logotipo con el cual señalar su aplicación a modo de claro valor añadido al coche. Algo así como lo realizado por Touring con su sistema Superleggera al convertirlo en una pieza clave para su identidad corporativa. Llegados a este punto, buscando en archivos fotográficos podemos encontrar algunas unidades Vistotal realizadas sobre base FIAT 1100. Uno de los coches más populares en la Italia del momento, destacando la disonancia entre lo asequible de su precio de serie y el precio que podían alcanzar las transformaciones presentadas por Castagna.
Así las cosas, el FIAT 1100E Vistotal expuesto en el Museo Nicolis cuenta con una historia muy ilustrativa. Ensamblado en 1950, éste permaneció durante décadas en manos de los propietarios de la empresa y sus herederos hasta llegar a la colección donde hoy en día se custodia. Hecho justificado en que no encontraba comprador. Posiblemente debido al coste de incorporar elementos como la carrocería en aluminio, el sistema Vistotal o el volante en cristal. Sin duda una terminación increíble, aunque al mismo tiempo demasiado ambiciosa para un sencillo FIAT con mecánica de 35CV y una producción cifrada en más de 50.000 unidades en el modelo de serie.
De todos modos, cuando Castagna cerró sus puertas en 1956 la producción de eventuales unidades Vistotal pasó a la historia. Sobretodo si tenemos en cuenta la forma en la que Touring implementó diseños como el Berlinetta Panorámica donde, sin el alarde de eliminar los pilares A, se obtiene al mismo tiempo un parabrisas envolvente con visibilidad despejada. Llegados a este punto, la última referencia al Vistotal viene del reciente 2019 y la refundada Castagna con diseños, vamos a decir, al menos cuestionables. Y es que, según parece, estaban preparando una versión dos puertas del Porsche Panamera dotada de unas amplias lunas corridas en el lateral. Obviamente, de llegar a producirse finalmente, no será como los Vistotal originales. De todos modos no deja de ser un recuerdo curioso.