El 8 y 9 de junio ha tenido lugar en Manresa la XIV edición de la Trobada Internacional de Microcotxes (Encuentro Internacional de Microcoches). Una vez más, los organizadores del Clàssic Motor Club del Bages han conseguido reunir alrededor de cien pequeños automóviles de aquellos que poblaron las carreteras de las ciudades europeas y españolas allá por los años cincuenta.
Tras la II Guerra Mundial, pequeños constructores de bicicletas, motos e incluso electrodomésticos, entre otros, se aventuraron a motorizar a las naciones europeas. Biscuter o David en España, o Isetta y Messerschmitt en Alemania, son solo algunas de las marcas que dieron a sus afortunados compradores la oportunidad de moverse sin necesidad de coger el tranvía o la bicicleta. Con poco peso y sin marcha atrás, algunos de ellos tenían –y tienen- que ser graciosamente levantados a pulso para ser aparcados.
Como seguramente sabréis, la llegada de nuestro querido Seat 600 fue el fin de dichos ingeniosos constructores, que no podían competir contra un por aquel entonces nuevo coche que costaba poco menos que un Biscuter y cuyas prestaciones y capacidad de pasajeros y mercancías diversas eran comparativamente muy superiores.
Con suerte
Aunque la jornada del sábado empezó lloviendo a cántaros, los intrépidos pequeños, muchos de los cuales habían llegado desde Alemania, Italia, Francia, Portugal, Holanda o, incluso, Estados Unidos, alegraron con su frescura el día. Poco a poco fue saliendo el sol y, como si respondieran a la llamada de los que ya estaban en el punto de encuentro, cada vez afluyeron más unidades.
Pese a estar muy ocupado, haciendo gala de su amabilidad habitual Antoni Tachó me dedicó unos minutos de charla y me explicó que, en un principio, incluso se temía la cancelación del evento; y que muchos propietarios que estaban refugiados empezaron a llegar en tropel una vez salió el sol solo para poder empezar, justo a tiempo, la ruta hasta el cercano y bonito pueblo de Sant Fruitós del Bages. Presidente del Classic Motor Club de Bages y coordinador del equipo organizador, Antoni Tachó y su familia han estado ligados a una de las marcas de microcoches más famosas de la península, PTV, junto a Maurici Perramón y Josep Vila.
El largo y divertido programa previsto para el sábado, día que podemos considerar de “exposiciones”, comenzaba con una concentración en el Passeig Pere III de Manresa. A continuación, se produjo el mencionado desplazamiento a Sant Fruitós, a aproximadamente veintitrés kilómetros, para comer y, después, regresar a la capital de la región del Bages, esta vez a la Plaza Mayor y, finalmente, al paseo de partida. Allí, tuvo lugar un singular concurso de elegancia.
El domingo fue de ruta, realizando los microcoches el itinerario Avinyó-Balsareny-Vilaredes-Súria-Santpedor, última localidad ésta donde terminó un evento de talla internacional que se celebra bianualmente y que es bien conocido en el Viejo Continente.
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Ingenios de posguerra: los microcoches de Barcelona, por Manuel Garriga
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