Javillac
Al término de la II Guerra Mundial en el devastador panorama económico y social que quedó en Europa comenzaron a proliferar los microcoches, como primera alternativa barata a la democratización del automóvil tras el conflicto. En este contexto nació en Italia en 1953 el Isetta, un vehículo muy característico por su pequeño tamaño y su única puerta de apertura frontal, y que llegó a fabricarse bajo licencia en países como España, Francia o Alemania, donde BMW lo produjo.
Este cochecito logró mantener a flote durante esos años tan complicados a varias compañías, aunque otras terminaron por desaparecer. Una las ideas que haría que el Isetta fuese mucho más polivalente era convertirlo en un coche de mayor tamaño con capacidad para más ocupantes, algo que BMW logró con su modelo 600 que se comenzó a vender a partir de 1957.
Pero en el mismo año en el que el 600 bávaro hizo su debut, otro fabricante dedicado principalmente a las motocicletas en Alemania presentó otro coche familiar muy similar al Isetta, pero en lugar de contar con tres puertas como lo hacía el BMW, el modelo de Zündapp contaría con el mismo tipo de puerta para acceder a la parte de delante y a la de detrás.
EL PORQUÉ DE UN COCHE SIMÉTRICO
Al igual que otras muchas empresas europeas, Zündapp estaba buscando un modelo de económica fabricación que les permitiese rentabilizar sus operaciones durante la década de los cincuenta. Al no contar con el suficiente capital la compañía tuvo que basarse en un diseño ya existente para el coche de próximo lanzamiento. En un inicio se plantearon fabricar diversas opciones, incluida su propia versión del diminuto Fuldamobil 6, pero finalmente optaron por mejorar el proyecto de un fabricante de aviones alemán: Dornier.
Con una historia muy similar a la de Messerschmitt, Dornier tuvo que diversificar su actividad tras la guerra y el estigma creado por su actividad desempeñada durante el conflicto. De esta manera, también optaron por introducirse en el mercado del automóvil en 1954, industria para la cual Dornier había desarrollado un modelo llamado Delta, quizá por su forma casi triangular y prácticamente simétrica cuando se ve de perfil. Este peculiar cochecito contaba con dos puertas, en la parte frontal y trasera, que se abrían hacia arriba.
A la misma vez que Dornier desarrolló el Delta con unos costes que no podían asumir si querían producir el modelo en serie, Zündapp, que hasta entonces solo fabricaba motocicletas estaba buscando un nuevo vehículo que pudiese ser usado en todo tipo de condiciones climáticas. Tomaron así el testigo de esta curiosa idea y continuaron con el proyecto del microcoche en el que los ocupantes se sentaban espalda con espalda, algo que seguro era muy extraño a la hora de mantener una conversación en su interior.
JANUS: UN NOMBRE INGENIOSO PARA UN COCHE MUY PECULIAR
La propia prensa especializada en el motor en Alemania estaba cansada de la falta de imaginación entre la abundancia de microcoches que había en el país. A diferencia de otros coches a los periodistas les pareció que el primer coche de Zündapp era muy creativo y que permitía una gran amplitud, ya fuese para pasajeros como para equipaje, con respecto a otros modelos con los que competía.
El nombre con el que fue bautizado el coche no era menos ingenioso. Se decidió el nombre Janus en honor a una deidad de la mitología romana, Jano. Esta figura era el dios de las puertas y de los comienzos y los finales. Por esta razón se representaba con dos caras, algo que al Zündapp le quedaba muy bien debido a su simetría y a sus dos puertas que ahora empleaban un sistema de apertura similar al Isetta.
El Janus montaba un motor de un cilindro y dos tiempos de 248 centímetros cúbicos y que transmitía 14 CV de potencia a las ruedas traseras y contaba con una caja de cambios manual de cuatro velocidades, permitiendo alcanzar una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora. Quizá por no romper con la simetría la mecánica se montaba en el centro del vehículo.
La crisis diplomática y la escasez de combustible motivada por la situación vivida en el Canal de Suez hizo que los Janus se vendiesen bastante bien. Sin embargo, su producción apenas duró un año, terminando en 1958, y durante este breve espacio de tiempo se estima que se vendieron unas 7.000 unidades, de las cuales apenas 40 están en orden de marcha en la actualidad, convirtiendo así a este Zündapp en uno de los microcoches más raros, tanto en concepto como en ejemplares supervivientes. 
